Sinopsis
El
dolor humano es ese laberinto en el cual los monstruos se alimentan de nuestras
emociones. Andrés, el protagonista de esta historia, transita ese sendero
oscuro y yermo, sus pasos lo llevan una y otra vez a esa pared fría, a ese
solar vacío que una vez fue su hogar y su sentido. Cada paso lo sumerge más en
la desesperación y el gélido infierno propio que conlleva la pérdida de un ser
amado.
Una
frase «No me esperes» se convierte en un mantra que lo atrae hacia el abismo.
Cada segundo de su existencia está teñido con esa mirada que anhela y de la
cual es prisionero. La anorexia, la soledad, la traición, el abandono absurdo y
sin explicación hacen de su camino un desierto, casi tan árido como su propia
piel, una piel que extraña las caricias ya lejanas y perdidas en el tiempo, una
piel que añora el aliento capaz de humedecer esa tierra seca llamada
existencia.
¿Cuánto
pueden coexistir los recuerdos con la vida real?, ¿cuánto pesa el dolor en el
corazón humano? Este joven autor nos lleva de la mano y con los ojos vendados
por ese camino interior que muchos transitamos, pero el cual pocos somos
capaces de ver y expresar. Sabores, aromas, sensaciones y dolores componen esta
historia teñida de melancolía.
Mercedes Mayol
Reseña Las horas fortuitas, de Heraclio Castillo Velázquez
Las horas fortuitas
no es una narración de hechos; en cada página hay tiempo, espera, fragmentos de
un pasado irrecuperable, el cruce de posibilidades, el azar objetivo. Todo para
preguntar: ¿el presente es el destino o un camino en el cruce la posibilidad?,
¿este presente estaba escrito o es sólo consecuencia de nuestras decisiones? Podría
resultar incongruente formular estas interrogantes mientras Andrés, el
protagonista, compra media pechuga de pollo en el mercado o quizás al beber de
una taza de café después de años de evitar su sabor. Las horas fortuitas cuenta un día en la vida de Andrés, y en ese
día, su vida entera. El drama ya no radica en el despertar a la homosexualidad,
sino en la posibilidad de amar o no amar, en vivir a partir de recuerdos
irrecuperables, fragmentados, inconexos y quizás falsos. Quien busque una
escena sexual en Las horas fortuitas
se llevará una gran decepción. Los homosexuales no sólo son quienes atienden
una estética unisex y sacan el chal mientras cortan el cabello de algún
cliente, o quienes deciden vivir en la metamorfosis como mariposas nocturnas en
tacones de 10 centímetros y pestañas postizas. Puede ser el cajero del banco,
el recepcionista de un hotel, un diputado o hasta un escritor. Las horas fortuitas es la historia de un
corazón que espera, como Penélope, tejiendo y destejiendo una urdimbre de
palabras para mitigar el vacío de una existencia que, sin amor, no encuentra
sentido.
Sobre el autor
Heraclio Castillo Velázquez. (1985;
Villahermosa, Tabasco). Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma de
Zacatecas, ha publicado en diversas revistas y suplementos culturales, entre
ellos Effigies, Puntos Suspensivos, Pléyade
y La Gualdra. Corrector de estilo por
formación, inició sus pasos en la escritura con la publicación de poemas breves
y algunas prosas. También se ha desempeñado en el ámbito periodístico con
artículos sobre temas de diversidad sexual y perspectiva de género. En el ámbito
académico se enfoca en la investigación de la literatura Lésbico Gay con el
propósito de generar una teoría contemporánea para un acercamiento a la
producción literaria actual con dicha temática. A la fecha es editor del
periódico La Jornada Zacatecas. Las horas
fortuitas es su primera novela, publicada por Texere Editores.
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