Miedo y angustia en Eric Bishop de Looking for Eric


Por: Sandra de Santiago Félix

Cuanto más me alejo de todo, más temo a todo, y más me alejo de todo.
Antonio Porchia


Resulta interesante ver cómo muchas personas viven sin vivir su presente a causa de un vacío o dolor creado por el pasado y cómo sus vidas no avanzan ni logran encontrar momentos felices porque el miedo parece ser el único motor de su existencia. El cine ha reflejado muy bien esta situación humana y más recientemente, la película británica Looking for Eric, dirigida por Ken Loach. En ésta se narra la historia de Eric Bishop, un hombre con una crisis existencial, lleno de remordimientos y con el anhelo de haber vivido al lado de su primer amor, Lily, a quien abandona con su hija pequeña.

La trama de la película inicia con Eric treinta años después de este suceso, ahora él es responsable de sus dos hijastros adolescentes, hijos de su segunda esposa quien los abandonó. El carácter del personaje Eric es débil, sin esperanza, miedoso, tímido y solitario. Tiene varios amigos pero ni ellos ni su trabajo como cartero le brindan alegría por la vida. La relación con sus hijos es un desastre, no logra poner orden en su hogar y ellos, como adolescentes, no siguen sus reglas ni lo obedecen en nada. Eric es más como un fantasma en su propia casa. Esta situación y el arrepentimiento de haber abandonado a su primera esposa lo tienen sumido en la desesperación. Su carácter le impidió buscarla y explicar la razón del abandono, por lo que esa carga emocional lo persigue durante toda su vida, a pesar de mantener relación con su hija natural de treinta años.  

Un aspecto importante se suma a la película: la aparición de Eric Cantona, una alucinación encarnada que tiene del famoso futbolista, de quien Eric Bishop es fiel seguidor a pesar de que el deportista se haya retirado del medio muchos años atrás. Esta figura será el detonante para que Bishop comience a cuestionar su propio proceder ante la vida y sus circunstancias.

ensayo sobre looking for eric


Un tema que sobresale en la película es cómo las cosas se pueden lograr mejor en equipo. Al final Eric sólo puede resolver sus problemas con la ayuda de sus amigos y de la figura del futbolista, a pesar de que sólo sea una alucinación, pues funge como elemento de introspección del personaje casi como auto terapia psicoanalista. Las respuestas siempre están en Eric, pero sólo saldrán a la luz y se accionarán con el apoyo de los amigos. Y a pesar de que el tema del futbol no sea el principal, sí es un recurso dramático análogo que refuerza la idea de equipo para poder triunfar.

Además de ese tema, es destacable cómo el director Loach nos va descubriendo los secretos del personaje principal, con el que cualquiera se puede identificar fácilmente. El hecho de no afrontar el pasado puede obedecer a muchas razones y no tener una respuesta para ello, como Eric, que al enfrentarse de nuevo con Lily sólo puede decir que la abandona por miedo. Respuesta fácil y hasta increíble, pero nada más acertado que esto, pues el miedo y la angustia son más comunes de lo que parece. Pero, ¿cuál es el verdadero miedo de Eric? Para responder a esta pregunta sirvan las reflexiones hechas por Martin Heidegger en su Ser y Tiempo.

El filósofo nos dice que la angustia emerge desde el ser mismo, está dada intrínsecamente en el ser humano, es una angustia de la existencia, de lo desconocido para el sujeto; en cambio, el miedo está dado por algo que se conoce. En términos temporales: “La angustia se origina a partir del futuro de la resolución; el miedo, desde el presente perdido, que medrosamente tiene miedo del miedo, y así cae justamente en él.[1]

Sabemos que Eric Bishop tiene miedo, y a veces podría decirse que angustia. De hecho, tiene los dos, pero en diferentes momentos, y ambos se van modificando conforme se avanza en la trama. De manera sutil y pausada se nos van dando pistas sobre qué es realmente lo que le ocurre a nuestro personaje. Las conversaciones con Cantona van desvelando los miedos y frustraciones de Eric y a veces resulta hasta desesperante. El baúl de los recuerdos también es un elemento importante para ir descubriendo el pasado y el punto originario de toda la historia. Sin embargo, no es sino hasta la última parte de la película, en el encuentro del café con Lily, cuando sabemos por boca de Eric su razón, y aún así no logra explicarla: un flashback nos ayuda a entenderlo de manera más clara. Sencillamente nos encontramos ante el sentimiento de la angustia.

Eric era feliz en la etapa de enamoramiento con Lily hasta que se casa, pero entra en una especie de pánico inexplicable, angustia hacia lo desconocido, el futuro y la nueva etapa de matrimonio que vendría. Su angustia fue más grande que su deseo por ser feliz y lo demás deviene en miedo. Pero ahora, será un miedo a algo conocido, a enfrentar la realidad que había provocado, a dar una explicación de algo que él mismo no podía comprender, porque la angustia es algo más fuerte que el miedo. De hecho, el miedo lo pudo vencer después de todo.

En Eric podemos encontrar un miedo mayor y miedos menores. El miedo mayor es el hilo conductor de toda la trama, el de enfrentarse con el pasado. Pero en este transcurrir, el presente le va agregando nuevos miedos, como el de la relación con sus hijos y el del conflicto que surge con uno de ellos al esconderle una pistola a unos “tipos malos”. Cuando Eric se da cuenta que este suceso puede tener consecuencias fatales, toma una decisión. En este momento el personaje comienza a dar un giro notable, en parte gracias a los consejos de su amigo imaginario. Después de un intento fallido por resolver el problema, decide buscar ayuda con sus amigos, quienes aportarán la solución al conflicto.

El resultado del enfrentamiento es positivo y hace que Eric renueve su autodeterminación y vea de otro modo la vida. De ser un tipo retraído, débil y temeroso, se convierte en alguien con ánimo de afrontar sus miedos y sobre todo el pasado.

Miedo y angustia son estados o sentimientos tan humanos que es casi imposible no tocar el tema fílmicamente. Looking for Eric es una de esas películas que dan aliento, contiene eso que todo el mundo vive, es imposible, por tal razón no identificarse con el personaje. El recurso de contar una historia de alguien tan sencillo y común, además de contrastarlo con una figura de renombre, hace que ambos personajes estén al mismo nivel.  Las escenas un tanto cómicas que también contiene, le dan un buen ritmo a la historia, dotándola de sutiles toques de ligereza: un ejemplo de cómo la vida no es del todo angustia o miedo, sino que es finita y preferible vivirla en el presente y no morir en el pasado. Eric comprende esto y le da un nuevo valor a su existencia y a todas las personas que le rodean.






[1] Heidegger, Martin. Ser y Tiempo. Ed. Universitaria. Chile. 1993. P. 361.

0 comentarios